martes, 12 de abril de 2011

- Santiago -

1:5
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.
1:6
Pero pida con fe, no dudando nada; por que el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

1:26
Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que engaña su corazón, la religión del tal es vana.

3:10
De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe de ser así.

3:17
En cambio, la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera

4:13
Ahora escuchen esto, ustedes que dicen: «Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad, pasaremos allí un año, haremos negocios y ganaremos dinero.»
4:14
¡Y eso que ni siquiera saben qué sucederá mañana! ¿Qué es su vida? Ustedes son como la niebla, que aparece por un momento y luego se desvanece.
4:15
Más bien, debieran decir: «Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello.»

5:19
Hermanos míos, si alguno de ustedes se extravía de la verdad, y otro lo hace volver a ella,
5:20
recuerden que quien hace volver a un pecador de su extravío, lo salvará de la muerte y cubrirá muchísimos pecados.

- En conclusión, para mí Santiago habla (entre muchos temas) de la sabiduría de Dios que trae el fruto consigo. Paz, amor, fe, mansedumbre, paciencia, templanza, etc...


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