Y ahora...
La gente me anima a animarlos, Dios me anima a animarlos. Ellos me inspiran para que yo los inspire. ¡Qué ironía!
Pero se siente re bien jajaja. La gente que tengo a mi cargo llamándome, diciéndome que cuento con ellos, que me extrañan. Wow!!!!
GRACIAS
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