miércoles, 14 de enero de 2009

Día 3

Algunas veces Dios habla a oídos sordos. Creo que a todos nos ha pasado el sentimiento de no hacer o decir algo en determinado momento, o de hacerlo o de hacerlo de otra forma. Luego nos damos cuenta que si hubiéramos hecho eso las cosas hubieran salido mejor, nos hubiéramos evitado dolores o consecuencias.

Deberíamos de intentar poner más atención a los susurros de Dios. 

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