Siempre nos encontramos en situaciones donde debemos decidir ser justos y verdaderos poniendo en riesgo nuestra reputación con familiares y amigos o gente desconocida. La mayoría de veces nos jactamos en que haríamos cualquier "gran" cosa por Dios.
En estas pruebas tan "pequeñas" vemos realmente si somos grandes hombres u hombres reducidos a la injusticia y la mentira.
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